Game Over







Game Over
Imagínalo. Estás parado en una especie de estadio, la gente ovaciona y grita tu nombre varias veces y de repente “baam” aparece una especie de ninja que está intentando asesinarte con un par de espadas, intentas correr pero “oh oh” es muy tarde, antes de que puedas hacer otra cosa te encuentras con una espada atravesándote el cuerpo y cuando te recuperas del primer impacto la otra hoja pasa suavemente por tu cuello y te hace quedar cual pavo en navidad; afortunadamente la imagen se ve opacada por una leyenda que dice “GAME OVER”
Desde pequeños nuestros padres tenían algunas ideas sobre las influencias que recibíamos de fuentes externas a ellos, como nuestros familiares que nos enseñaban a decir “groserías”, o bien con las personas con las que nos llegábamos a juntar de pequeños, siempre repetían “esas cosas no son buenas influencias para ti”. En la actualidad parece que el número de enemigos paternos ha aumentado, las nuevas tecnologías como el internet, computadoras y videojuegos hacen que un mundo de posibilidades esté al alcance de las manos de cualquier persona, claro, incluyendo a los niños, y uno de los objetos que un niño maneja desde que está pequeño es una consola de videojuegos. Según unas estadísticas dadas por una fundación llamada “Kaiser” en el 2007 El 83% de los jóvenes posee una videoconsola en casa, y el 65% de ellos tiene dos o más, aproximadamente la mitad de los jóvenes estudiados tienen una videoconsola en su habitación, el 55% tiene una mini-videoconsola portátil y sólo un poco más del 20% de los jóvenes reconocían que sus padres vigilaban el uso de los videojuegos. Pero, ¿Qué hay de malo con ello? Si los padres confían en sus hijos y sobre eso tienen a sus criaturas en la seguridad de su hogar con una máquina que no daña a nadie, no hay una razón aparente para ponerle un “pero” a los videojuegos, sin embargo tenemos varios aspectos a tomar en cuenta. Para empezar hay que saber que hay infinidad de tipos de videojuegos, desde sandbox que te colocan como un tipo de tantos en una gran ciudad, o un shooter que te pone en el papel de algún soldado atrapado en medio de una guerra, e inclusive uno de aventuras simple que te pone en el papel de un plomero que recorre la galaxia intentando salvar a la princesa del dragón. Todas estas imágenes alimentan las mentes de los pequeños y los mantienen en un mundo de fantasía que los hace disfrutar grandes momentos y de un respiro de un mundo real. Y si esto ayuda a los niños a distraerse un poco, ¿Cuál es el verdadero problema?
En parte lo que afecta a los jugadores es el contenido de los videojuegos, unos juegos se destacan por ser violentos, sangrientos, utilizar lenguaje soez y hasta a tener un contenido sexual bastante explícito (Las sagas de Grand Theft Auto, Mortal Kombat, Silent Hill, Gears of War, Duke Nukem y God of War son unos grandes ejemplos). En un artículo (Videojuegos y educación” de Félix Etxeberria Balerdi) se realizó una entrevista a R.Gaja, experto en el tema, opina que con este tipo de contenidos los videojuegos incurren en contradicción: educan en contra de las normas elementales de la educación. Conceptos como los de la convivencia pacífica, el respeto, la igualdad de sexos, etcétera, no son precisamente, los que más se prodigan entre los cartuchos de videojuegos. Dijo también: “Lo peor, sin embargo, es que el niño puede acabar identificándose con unos personajes faltos de los más mínimos contenidos éticos, que se toman la justicia por su mano, que resuelven los conflictos derribando a balazos todo cuanto se les pone delante, que sus vidas no tienen más sentido que sobrevivir en un mundo lleno de peligros y trampas”.  
Pero también está la parte “buena” de los videojuegos, que ofrece una gran gama de valores, creatividad, conocimientos y hasta la capacidad de experimentar con conocimientos sobre algo nuevo o ya conocido (Brain Age, Fantastic Contraption, Portal y los juegos clásicos de Nintendo como The legend of Zelda y Kirby), pero el contenido en los videojuegos no lo es todo, lo importante es que si una persona tiene una educación y unos juicios bastante firmes de lo que está bien o mal no tendría por qué afectarle y de hecho Patricia Bedolla Miranda, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo que el principal problema en México es que la sociedad no tiene una buena educación sexual, ya que es fragmentada y culposa.
“Al ver este tipo de materiales violentos o pornográficos reforzaría nuevamente esto que han aprendido en su entorno social. Llega un momento en que los jugadores asocian la sexualidad con violencia y el ejercicio de ésta no es así, porque ellos aprenderán a tener una relación fragmentada”, comentó.
Si se tiene una habilidad para identificar lo que está bien y lo que está mal y sobre esto los padres asesoran correctamente a los niños sobre absolutamente todo lo que pasa en su entorno (y por su entorno me refiero al planeta en sí) los videojuegos pueden traer muchos beneficios. En uno de los estudios fue realizado por el centro de investigación para la visión de la Universidad de York en Toronto, sugiere que las personas que juegan videojuegos de manera regular pueden aumentar la eficiencia de la red cerebral, preparándolos para tareas complejas de coordinación mano-ojo en actividades distintas a los videojuegos. También muchos doctores afirman que antes de entrar a cirugía utilizan los videojuegos, lo que los hace mantenerse concentrados y desarrollar una mayor precisión a la hora de ejecutar la operación (uno de los juegos usados para esto es Monkey Ball; un juego cuyo objetivo es llegar a la meta sin caerse de unas plataformas flotantes llenas de obstáculos).
Pues bien podemos darnos cuenta de quién tiene la verdadera “culpa” y fuera de que las compañías sólo busquen vender sus productos y que estos contengan violencia y que en muchos casos esta no sea apropiada para todo el público, estamos nosotros, los consumidores, que no pensamos a fondo lo que puede causar en algunas personas, en los niños que hay en casa o en nuestros padres y que sólo estamos ahí para quejarnos. Básicamente en lo que debemos hacer conciencia no es en el contenido de todo lo que vemos sino en si somos aptos para ello y también si entran en nuestro gusto. Al final del día podremos recuperar la confianza que se les tiene a estos aparatos y tomarlos para lo que realmente están hechos: el entretenimiento y diversión.
Fuentes:
·         Violencia en los videojuegos: http://eticaarguments.blogspot.com/2005/08/videojuegos-violencia-y-nuestros-nios.html
http://www.ops.org.bo/servicios/?DB=B&S11=11329&SE=SN
·         Influencia de los videojuegos:
http://campus.usal.es/~teoriaeducacion/rev_numero_02/n2_art_etxeberria.htm
http://www.tecn.upf.es/~sjorda/TSI2006/alumnes_anteriors/TSI0405_InflVJuegos.pdf
http://ciberescrituras.espacioblog.com/post/2007/02/22/los-videojuegos-y-su-impacto-sobre-ninos-crece-polemica

1 comentario:

  1. Muy interesante!, pero parece mucho una introducción jaja, sólo mi opinión...
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